Normalmente, mi método de trabajo parte de alguna manera de una especie de tormenta de ideas que realizo sobre papel, y que se materializa más concretamente en bocetos y esquemas. Sobretodo de la estructura a seguir. Pienso que son fundamentales tanto al inicio del proceso del proyecto, como para el final y la recolocación de la obra en el espacio.
Posteriormente a la tormenta de ideas, me centro en el trabajo de campo específico que me interesa. Estructurar la información y filtrar la válida y no válida. Y una vez he realizado la selección del material que me puede ayudar en mi proyecto, pasaría a la parte creativa. Una vez tengo formada la idea básica, normalmente (pero no siempre) mi siguiente paso sería experimental. Hacer pruebas técnicas de comprovación, y de ese
modo entender la pieza en el espacio mismo. A partir de esta prueba, se volverían a realizar bocetos, organizativos en su mayoría de la colocación de la pieza.En cuanto los proyectos de esta asignatura, mi forma de trabajar, ha variado sustancialmente. Empezando por que los bocetos en su mayoría no me servían tanto como un buen guión de trabajo. Libreta en mano, apuntar todo lo que necesitaba, donde lo iba a realizar, porqué, cómo... etc Básicamente ha sido eso.
Esto me ha supuesto un gran cambio a la hora de abordar un proyecto, pues, si es verdad que he tenido un verdadero conflicto en cuanto el cambio de temática. Pasar de una temática basada en la experimentación y lo puramente estético, a una temática con una esencia, totalmente diferente.




Una segunda parte del proyecto, o prolongación, sería la realización de un cartel, que actuaría de diferente modo con la gente, y también funcionaría como una pegada de carteles, pero en este caso, con la intención de personificar una ciudad que se queja, una voz que no oímos y que está ahí, reclamándonos en forma de papel en el viejo muro. El cartel, querría llamar la atención a unos ciudadanos que no viven la ciudad, que solo la transitan, que no la experimentan.


